viernes, 7 de enero de 2011

El Cruce por le Paso de Jama fue una verdadera odisea




El cruce hacia Chile se vivió con mucha intensidad, arrancamos la odisea a las 4 de la mañana, en nuestro Camión Mercedes Benz color naranja. pasamos todos los climas, Lluvia, niebla espesa y montañas verdosas entre multitudes al costados del camino. Sol, cielo díáfano y llamas correteando en la aridez pura de suelos a casi 5.000 metros de altura. Esa fue la escenografía argentina y chilena que tuvo el rally Dakar 2011 en su tránsito desde Jujuy a la ciudad de Calama por el espectacular Paso de Jama, en el camino para la cuarta etapa de la competencia.

El día comenzó para todos con una multitud esperando a máquinas y pilotos en el pequeño campamento levantado en Perico, tal como había sucedido en la tarde anterior. Tras una lenta y embotellada salida, el camino siguió con el paso por la capital jujeña y desde allí el avance por la ruta en gradual ascenso hacia Yala, famosa por su laguna. Desde muy temprano, la gente esperó al costado de la ruta para saludar con banderas argentinas y carteles de agradecimiento.

Luego, en los primeros tramos de montaña más abierta, la conducción se complicó para todos: la ruta quedó encerrada en una espesa niebla que por momentos no dejó ver más allá de quince metros de asfalto. Una espesa nube gris, bajo la lluvia, entre curvas cerradas y montañas de color verde a los costados. Todo el mundo prestando mucha atención, mientras el público iba apareciendo de golpe entre la niebla, como fantasmas, con su alegría por el paso de los vehículos.

En ese camino hacia Chile, se pudo ver la actitud temeraria de varios pilotos de camiones. Un poco apurados por tener que llegar a horario a la salida del especial en suelo chileno y otro poco por costumbre dakariana, muchos aceleraron de más e hicieron sobrepasos en zonas complicadas, prohibidas, con escaso margen para el error.

Más adelante les llegó el turno a Purmamarca -donde una multitud se acercó hasta la entrada a la localidad, en el desvío a la izquierda para abandonar el camino que va hacia La Quiaca y Bolivia- y Susques, último pueblo antes del cruce a Chile por la ruta provincial 52, entre salinas, minas y lugareños apareciendo cada tanto para saludar.

Tras esto, la caravana comenzó la trepada hacia el Paso de Jama, en un espectacular camino que superó los 4.800 metros de altura sobre el nivel del mar. Una elevada exigencia para los camiones de asistencia, más grandes y pesados que los de carrera. Pero más para el cuerpo: cada movimiento brusco pesó en los huesos y fue un mazazo para la cabeza, que intentó funcionar lo mejor posible a pesar de la falta de oxígeno.

Una vez que superamos el control aduanero, el Camion Naranja dijo basta, la fatiga de la dura trepada hizo que el conducto de gas que alimenta los frenos, se pinchara. rápidamente, Nuestro piloto Daniel Farmani, junto a su hijo Francisco, lograron reparar la maya de acero con cámaras de auto y abrazaderas, y continuar por el duro cruce de los Andes.

Pasada las 21 hs. llegamos al Campamento de Calama, Chile, con mucho dolor de cabeza y con un mareo intenso, el Equipo se hizo presente en el campamento chileno y pudo disfrutar de una cena reparadora y un descanso merecido.

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