Un millón de personas presenciaron la largada de obelisco y 120 míl la llegada a Victoria. Gran espectativa en la primera etapa de la travesía, que ya pasó por Buenos Aires, Entre Ríos y Córdoba. El efecto que causa en la gente es cada vez más fuerte
Más de un millón de personas. Esa cantidad de personas ha salido al encuentro del rally Dakar tras la primera etapa, según informaron la Policía Federal y el Ministerio de Turismo. La cifra es estimativa y sirve para entender el impacto de un evento que llegó como novedad y que ya se va transformando en costumbre, pero que a diferencia de lo que muchos pensaban, en vez de aminorar, su interés se potenció notablemente. Vale decir que la fecha ayuda a que los argentinos se vuelquen a las autopistas o a las rutas para experimentar lo más cerca posible el vértigo que sienten los pilotos. Primer día del año, feriado, más todavía si es sábado. Un combo irresistible. No obstante, resulta sorprendente que tres puntos del país, como Buenos Aires, Entre Ríos y Córdoba, se conmuevan ante el acontecimiento deportivo de mayor relevancia internacional que ha albergado la Argentina desde 2009.
Desde que se expusieron en La Rural, antes del inicio de la travesía, los vehículos fueron el centro de todas las miradas. La escena se repitió el sábado en el Obelisco, donde se congregaron miles de espectadores para ver las piruetas del excéntrico estadounidense Robby Gordon, la impactante BMW de Orly Terranova y los “prometedores” cuatriciclos de Marcos y Alejandro Patronelli. Y el encanto Dakar volvió a producirse ayer, en el paso pro Entre Ríos y en la llegada a Córdoba, con pueblos enteros saliendo al cruce de los autos y, después, de los pilotos, especie de ignotos superhéroes.
Las escenas porteñas que se vivieron en el día inaugural fueron muy ricas. Desde la pose del ministro del Interior, Florencio Randazzo, en cuanto flash se le puso en el camino, hasta el fervor de argentinos y turistas, en miles, que cámara en mano se acercaron al Obelisco ávidos por inmortalizar el momento de la salida de cada auto, en especial el de los candidatos.
Por la rampa subieron los 407 vehículos de competición. Todos los argentinos (77) y como todos los años, el norteamericano Robby Gordon fué lo más destacado de la jornada con su inmejorable salto con la Hummer.
La subida a la Autopista 25 de Mayo y el posterior andar por el Oeste del conurbano también fueron seguidos por una multitud. Los pintorescos camiones fueron estrellas del recorrido bonaerense, ya entrada la noche del primer día del año.
No salía de su asombro Orlando Terranova, principal automovilista argentino, al finalizar el primer tramo del recorrido. “Creo que nadie esperaba tanta gente y los últimos tres kilómetros estuvieron totalmente bloqueados. Un poco se desbordó”, consideró el mendocino, mezcla de sorpresa y resignación por no haber podido terminar un poquito más arriba de su séptimo lugar inicial. Sucede que el tercer Dakar latinoamericano viene recargado, y ni siquiera sus propios protagonistas advierten el interés que despierta en el público. Quedan 14 días más de motores encendidos y eufóricos espectadores vibrando al lado del camino.
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