Los ganadores del dakar 2011 recibieron sus premios con el qatarí Nasser Al Attiyah, en la categoría autos, Alejandro Patronelli en Quad, Marc Coma en Motos y Vladimir Kagin en Camiones. En total 22 pilotos argentinos finalizaron el dakar 2011.
Miles de personas volvieron a llenar La Rural para despedir a los valientes corredores que resistieron 9.500 kilómetros de desafíos durante las dos semanas del tercer Rally consecutivo.
Este dakar se trató del más exigente recorrido desde que la competencia recaló en estas tierras en 2009, después de dejar Africa por la amenaza de atentados terroristas.
la prueba de la dureza que tuvo la carrera es que llegaron casi la mitad de los que largaron: sólo 204 máquinas de las 406 que habían largado del Obelisco para iniciar una travesía de 13 etapas, que incluyó el cruce de los Andes, primero por el Paso de Jama, a 4.800 metros de altura, y luego por el de San Francisco, en el reingreso a la Argentina.
El título para la categoría autos fué para el qatarí Nasser Al Attiyah (Volkswagen Touareg Race 3, el español Marc Coma (KTM) en motos, el argentino Alejandro Patronelli (Yamaha) en cuatriciclos y el ruso Vladimir Chagin (KAMAZ) en camiones.
En el camino quedaron 83 autos, 76 motos, 27 camiones y 16 cuatriciclos.
Alejandro Patronelli, quien retuvo el campeonato en cuatriciclos para la Argentina, el mendocino Sebastián Halpern (Yamaha), quien cerró un brillante 1-2 en esa categoría, Javier Pizzolito (Honda 450) en motos, el mejor local clasificado en el puesto 19no., Lucio Alvarez (Subaru), quien le dio la mayor alegría al país en las cuatro ruedas con un puesto 15to en la general, y el gran ejemplo de entereza y perseverancia que dieron Emiliano Spataro (37mo.) y Juan Manuel Silva (46to.), sobre un buggie en solitario, fueron motivos más que suficientes para festejar.
Las tribunas de La Rural explotaron cuando Alejandro Patronelli subió al podio montado en su cuatriciclo Yamaha Raptor 900, con la bandera argentina en el cuello y acompañado de toda la familia y el equipo Yamaha.
El chileno Francisco “Chaleco” López (Aprilia) fue uno de los más aplaudidos en las dos ruedas. Por la proximidad con el país trasandino, por un lado, y por sobre todas las cosas por la mala fortuna que tuvo el piloto cuando sólo le faltaban un puñado de kilómetros para llegar tercero, cuando un problema mecánico lo relegó al cuarto lugar en los últimos minutos.
Luego llegó el turno del francés Cyril Despres (KTM), quien no pudo revalidar el título y se tuvo que conformar con un segundo puesto y festejar haber finalizado la dura prueba mundial
El Momento de emoción fué cuando se entonaron los himnos de Francia, Chile y Argentina, cantados por Pedro Aznar y Jairo.
La premiación en autos, con un Nasser Al Attiyah, emocionado como pocos, hizo delirar a los presentes por su carisma y simpatía, entró sentado en el capot de la Touareg con una bandera de Qatar, mientras su navegante manejaba la VW Touareg al podio.
Detrás del auto del campeón, se encolumnaron todos los integrantes del equipo alemán que por tercer año consecutivo celebraron el 1-2-3, logrado por el campéon, el sudafricano Giniel De Villiers y el español Carlos Sainz, quien venía por su segundo Dakar pero se tuvo que conformar con un tercer puesto.
Al Attiyah, fiel a su estilo, derrochó simpatía, subió al techo del auto junto a su navegante y a Kris Nissen y festejaron con el trofeo en alto.
Más tarde, el flamante campeón, con premio en mano, corrió al trote alrededor de las tribunas que rodean el podio.
Después de los autos de punta, llegó el turno de los camiones con Chagin a la cabeza y más tarde los autos que terminaron relegados, pero culminaron al fin.
Emiliano Spataro y Juan manuel Silva subieron al podio. No podía ser de otra manera, el dúo argentino que vivió mil peripecias a bordo de los buggies fue despedido por el Dakar bajo una lluvia torrencial, pero con el aliento del público, que soportó la lluvia y saludó a la Legión argentina de pié.
El objetivo se cumplió, por tercera vez de corrió el dakar en Argentina y Chile y con la inmensa alegría de haber finalizado con éxito esta carrera que es sin dudas la más dura del Mundo.
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